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Entrevista con Javi Rozada

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Tenemos la posibilidad de hablar de fútbol con una de las personas más apasionadas e intensas del mundo del fútbol: Javi Rozada.

  • Queremos conocer tus comienzos en el fútbol, ¿dónde empezaste a jugar al fútbol?, ¿en qué equipos y en qué posiciones jugaste?

En el Juventud Estadio desde pequeño. Jugaba en la posición de extremo derecho. Cuando me fui a la universidad a Madrid lo dejé para iniciar la carrera de Derecho. Estuve desde los 4 hasta los 18 años en el Juventud Estadio.

  • Durante todas esas temporadas de jugador, ¿valorabas la posibilidad de ser entrenador posteriormente?, ¿qué aprendiste de los entrenadores que tuviste?

Nunca valoré la posibilidad de ser entrenador cuando estaba jugando. Empecé a entrenar porque me apasiona competir y es una manera de sentirme realizado.

  • Cada entrenador entiende el fútbol a su manera, ¿qué estilo de juego te representa?, ¿tienes algún sistema de juego preferido?

En mi estilo de juego me considero un entrenador agitador de partidos, que no haya pausa, con muchas transiciones. Al final es un reflejo de mi forma de ser. El sistema de juego solo es un dibujo inicial, eso al final son solo números. Son todo estructuras dinámicas donde los jugadores cambian totalmente de uno a otro. Por ejemplo, en el Real Oviedo si juega Borja de extremo no tiene nada que ver a si juega Sangalli y sigue siendo un 1-4-3-3. Los sistemas te los hacen los jugadores.

  • A la hora de entrenar, actualmente los entrenadores dedican mucho tiempo a rondos y juegos de posición, ¿qué opinas sobre dichas tareas?

No creo en ello. Para mí no es el escenario ideal para trasladarlo a la competición. Debes tener un equipo con jugadores de un perfil muy seleccionado para trabajar en ese contexto. Aunque si es verdad que el jugador a veces debe trabajar en su hábitat, para conocer situaciones que se va encontrar en el partido. Es un trabajo que se hace a pocas pulsaciones muchas veces y no me traslada lo que quiero en el partido.

Huesca y Rayo Vallecano, además de algún equipo de primera son los únicos que de verdad trasladan ese fútbol, aunque luego muchos quieran decir lo mismo ahora que es la moda.

  • Cuando llegó la oportunidad de ir entrenar en la cantera del Real Oviedo, ¿qué objetivos te planteaste?, ¿cambió algo en ti después de entrenar en categorías inferiores en El Requexón?

Cuando llegué al cadete del Real Oviedo tenía mucha ilusión y pasión, aunque cambiaría algunas cosas que provoca mi gran competitividad. En una cantera hasta cadetes la evolución del jugador debe ser lo primero. A partir de juveniles la competición tiene que ser mucho más importante, el jugador ya debe sentir lo que significa ganar. Aunque durante toda la etapa tiene que ir unido, puesto que sin competencia no hay crecimiento futbolístico. Fue un paso importante para mí, previo a la categoría senior. Adquieres un compromiso, de responsabilidad y un nivel de autoconfianza grande.

  • Cuando saliste por primera vez de El Requexón, ¿qué buscabas en tus nuevos retos?

Quería probarme. Era un entrenador con mucha ilusión y había ganado confianza en el cadete del Real Oviedo, pero quería saber si podía ser entrenador o no. No fui jugador profesional y marché al CD Lealtad para ver hasta dónde podía llegar de entrenador.

  • ¿En qué momento te diste cuenta que te gustaría ser entrenador?, ¿cuándo te diste cuenta que podía ser un medio de vida?

Me di cuenta que podía ser entrenador profesional cuando acabamos salvados en 2ªB con el CD Lealtad de Villaviciosa.

  • El C.D. Lealtad era el primer equipo que entrenabas de categoría senior, ¿cómo afrontaste las relaciones con esos futbolistas por primera vez? ¿utilizaste la misma metodología que en categorías inferiores?

Complicado. Gestioné muy bien la confección de la plantilla, con muy pocos recursos hicimos un gran equipo. Pero el primer día no fue fácil. En mi primera charla en un equipo senior me dirijo a unos jugadores que venían de otro entrenador diferente, pero con el mismo cuerpo técnico que tenía yo. Fue un año raro. Tras el ascenso a 2ªB cambia todo. El don que tengo para manejar al futbolista, creo que es una de mis principales virtudes. Nunca he tenido problemas en los vestuarios. Se como debo tratar a cada jugador. Los entrenadores somos gestores de grupos humanos. Lo más importante es manejar bien el vestuario y todo lo que rodea ese entorno. Un entrenador cuando llega a un club debe controlar muchas áreas y saber delegar en su cuerpo técnico de confianza. La toma de decisiones es clave y diferencia a unos entrenadores de otros. Por ejemplo, acertar en los planteamientos de partido o saber al descanso de un partido donde hay que cambiar. Eso es ser entrenador.

  • Después de tu experiencia en 2ªB, ¿tuviste dudas si volver a 3ª con el Real Oviedo Vetusta podría ser un paso atrás en tu carrera como entrenador?

Cuando salgo del CD Lealtad, creo que hice un trabajo espectacular en mi primera experiencia senior, pero no conocía como funcionaba el mundo del fútbol. Estaba un poco perdido y esperaba algo más de las ofertas que me podían llegar en ese momento. Entonces por esperar tanto me quedé sin entrenar. Del Olmo fue la persona que me llamó para decirme que iba entrar en la estructura del Real Oviedo. No lo consideré un paso atrás porque yo sabía lo que había crecido en el CD Lealtad y me iba ayudar para seguir creciendo en el Real Oviedo. Quería hacer crecer al club y estaba capacitado para ello. Creo que cuando llegué, la cantera necesitaba un crecimiento para meter jugadores en el fútbol profesional. Fue lo que me propuse cuando llegué al filial. 

  • Cuando estás en un filial debes estar siempre preparado para que el entrenador del primer equipo te “quite” jugadores para sus entrenamientos y partidos, ¿cómo llevaste esa situación? ¿Cómo fue tu relación con los entrenadores del primer equipo?

Debutaron 12 jugadores con el primer equipo de los que empezaron conmigo en 3ª División. Es complicado porque en esas categorías tienes que hacer al jugador ganador. Ahora me adaptaría mejor al trabajo de un equipo filial que antes. Pero siempre que algún futbolista tenía alguna posibilidad de jugar con el primer equipo, yo lo mandaba encantado porque para mí era una motivación extra, a nivel trabajo de equipo filial y a nivel personal. En un filial hay que buscar el equilibrio entre saber que trabajas para el primer equipo y conseguir que tus futbolistas tengan nivel para ello. Esto es una responsabilidad del entrenador del filial.

  • Cuando te llegó la oportunidad con el primer equipo del Real Oviedo, ¿modificaste el día a día de los entrenamientos y preparación de partidos?, ¿qué diferencias encontraste con todos los equipos anteriores que tuviste?

No, nada. Cogí el primer equipo en un estado malo a nivel de estado de forma. Era mi primera experiencia cogiendo un equipo con la temporada empezada y al principio intenté tratar relaciones interpersonales entre los jugadores. Nos centramos en buscar el mejor estado de forma de los jugadores y creo que lo conseguimos.

  • Cogiste el equipo ya empezada la temporada, ¿qué intentaste cambiar en el estilo de juego de tu equipo?, ¿en qué puntos quisiste incidir más?

Hablaba mucho con los jugadores porque estaban con falta de confianza, quería limpiarles la cabeza a nivel personal y grupal. Después repetimos algunas tareas analíticas que a mí no me gusta mucho hacerlas, salvo en pretemporada, pero el equipo las necesitaba.

  • Los directores deportivos en los equipos profesionales llevan la dirección en los fichajes y hacen de nexo entre el equipo y la directiva, en tu caso, ¿había comunicación diaria con ellos y estaban informados de todo lo que sucedía alrededor del equipo?, ¿recibías opiniones deportivas de ellos acerca de tu equipo?

En el fútbol profesional las relaciones con los directores deportivos son importantes, pero es complicado. Los entrenadores tenemos nuestra idea y los directores deportivos pueden tener otros planteamientos diferentes. Son relaciones interpersonales que debes saber donde tienes que ceder, para luego conseguir otras cosas. Hay que saber gestionar bien este tema porque el director deportivo es la persona que puede despedirte.

  • En este mundo tan complicado del entrenador profesional, ¿qué es lo más difícil de llevar?

Controlar las emociones porque el fútbol es una locura y en pocos días puede cambiar todo. Tienes que estar preparado para ello. El fútbol profesional es una montaña rusa de emociones. No puedes venirte arriba por ganar 2 partidos, ni hundirte por perder 2 partidos. Es fundamental trabajar aspectos psicológicos.

  • Todos sabemos la importancia del cuerpo técnico, ¿qué funciones principales tienen cada uno y qué es lo que más valoras de ellos?, ¿qué puestos ves más necesarios para acompañarte en tus próximos proyectos?

Si sólo pudiera elegir un ayudante de confianza para acompañarme sería el preparador físico. Pienso que en el fútbol actual, a partir de 2ªB, necesitas un cuerpo técnico con 4 personas a tu lado: preparador físico, segundo entrenador, entrenador de porteros y un analista. Si tuviera que quitar uno porque te lo pidiera el club, sólo quitaría el entrenador de porteros.

  • Si tuvieras una oportunidad de ser 2º entrenador de un equipo de 1ª División, ¿esa opción podría ser interesante para ti?

Sí, por supuesto. Habría que ver con el entrenador que sería. Pero está claro que podría ser una buena experiencia para crecer. Por ejemplo me iría con Jagoba Arrasate, me parece que lo está haciendo muy bien.

  • Sabemos la competencia que existe en España, ¿te gustaría buscar una experiencia en el extranjero?

Ahora mismo tendría que ser algo irrechazable. Sino no iría y me quedaría en España.

  • En tu vida familiar y personal, ¿logras desconectar del fútbol?

Me hace gracia porque desconectar del fútbol es muy difícil. Tienes que controlar tantas cosas en la cabeza que es complicado. Prácticamente nunca tienes tiempo para ti y no puedes desconectar.

  • Tú que has conseguido llegar al fútbol profesional sin haber sido futbolista profesional y empezando a entrenar desde abajo, da un consejo a la gente que te ve como un espejo cuando empiezan como entrenadores.

Lo primero de todo es entrenar con pasión. Quien no la tenga vale más dejarlo. Lo segundo es disfrutar del camino. Yo miro para atrás y disfruté el camino. También que sigan formándose y luego ya se verá si pueden ser entrenadores profesionales o no. Con el tiempo se ve quien tiene talento innato para ser entrenador y los que no lo tienen.