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La preparación física en el fútbol

Jorge Tejada (preparador físico del Real Oviedo Vetusta) nos trae su artículo de “La preparación física en el fútbol”:

Breve reflexión

Lo que pretendemos exponer a continuación no es ni mucho menos una “receta mágica” de cómo debe afrontarse diariamente la sesión de entrenamiento, sino mostrar una breve reflexión de lo que ha sido nuestra experiencia a lo largo de los años y extraer de la misma aquellas conclusiones más significativas que nos han servido para ir progresando en nuestra labor diaria.  Son ya 15 temporadas las que hemos tenido el privilegio de disfrutar como preparador físico de un equipo de fútbol en diferentes categorías. Esto nos vale para echar la vista atrás y darnos cuenta lo que ha evolucionado todo lo que rodea al fútbol y a la velocidad que lo ha hecho en los últimos años. Para muestra de todo ello citar que en la actualidad, cuando ves la foto de presentación de la plantilla de un equipo de fútbol, podemos comprobar que hay tantos técnicos como jugadores (entrenador, segundo entrenador, preparador físico, analista, readaptador, entrenador de porteros, miembros del cuerpo médico, etc). Recuerdo en nuestros inicios en los que éramos el entrenador, el preparador físico y en días señalados el entrenador de porteros y fisioterapeuta. Es evidente que algo ha cambiado. Concluyendo, recordaré la frase que en su día le escuché decir  al profesor Ángel Vales: “Aquel que crea que en el fútbol está todo inventado, poco puede esperar entonces que le aporte el fútbol y menos aún puede el fútbol esperar de él”. Todo ello nos lleva a plantearnos una cuestión:

¿Hacia dónde vamos?

En el caso que nos compete como es la preparación física, decir al respecto que los preparadores físicos tomamos los principios del entrenamiento y las diferentes ciencias como apoyo o base para el desarrollo de nuestra competencia y eso nos lleva a dedicar muchas horas de estudio y formación, no sólo las empleadas a lo largo de los años universitarios sino también en el reciclaje permanente que te exige el propio fútbol. Para muchos la ciencia es la base del entrenamiento y  de la preparación física, y ésta es el arte o capacidad de interpretar y  poner en práctica las numerosas aportaciones que recibimos de las diferentes ciencias que aportan al fútbol. Pero llegado a este punto creo que hay algo que no debemos obviar y no es otra cosa que nosotros en  el día a día trabajamos con personas. Por ello, por muchos datos que recibamos, por mucha base teórica que manejemos y por mucha formación que podamos ir sumando, no podemos quedarnos en Preparadores Físicos de Laboratorio. Tenemos que poner en práctica y saber llevar todo eso “al verde”, al vestuario, al día a día donde vamos a trabajar con personas que pueden tener diferentes estados de forma, estados de ánimo que varían y que debemos detectar, situaciones y rolles dentro del equipo que debemos gestionar, etc. En definitiva, contextualizarlo todo. Y créanme que la experiencia nos dice que eso es tan importante como la propia ciencia. Por todo ello, a los conocidos principios del entrenamiento sobre los que nos basamos para elaborar y estructurar el entrenamiento, os invitamos a añadir un principio más: El del sentido común.

Figura del Preparador Físico

Antes de intentar analizar bajo nuestro punto de vista la figura y funciones del preparador físico, queremos dejar claro que el Preparador Físico es y debe ser un “actor secundario”. Nuestra misión, como miembros de un grupo de trabajo, es por un lado  la de ayudar/asesorar/aconsejar al entrenador en todo aquello relacionado principalmente con el concepto de CARGA DE ENTRENAMIENTO. Nos referimos pues sobre manera a aspectos relacionados con espacios de trabajo, número de jugadores, tiempos y recuperaciones de las tareas. Con todo ello, contribuiremos a que la sesión de entrenamiento tenga la mayor calidad y sea lo más completa posible. Para conseguirlo, es importante conocer el contexto que nos rodea, al entrenador y su modelo de juego, jugadores, etc. Por otro lado, intentamos paralelamente que el entrenador cuente con el mayor número de jugadores disponibles para cada sesión de entrenamiento y competición. En definitiva, contamos con una labor diaria que no es otra que gestionar las cargas y velar por la salud de los jugadores, cometido este último en el que ponemos mucho énfasis.

La relación con el entrenador y resto de cuerpo técnico debe ser diaria y constante y a su vez en ambas direcciones. En la actualidad, dentro de un cuerpo técnico, todos hacemos un poco de todo e intentamos sumar en aquellas áreas dónde no somos especialistas. Siempre hemos pensado que desde el respeto y la crítica constructiva, cuando pensamos diferente al entrenador o a cualquier miembro del cuerpo técnico, debemos manifestarlo argumentando nuestra postura. Consideramos que decir a todo que “si”, es un error y la mejora la podemos encontrar en la diversidad de opiniones y en los diferentes puntos de vista. Debemos esforzarnos en compensar y subsanar los déficits o carencias que podamos detectar dentro de un cuerpo técnico. Y no sólo nosotros, los demás deben hacer lo mismo para formar un grupo de trabajo lo más completo posible.

Estructura de Entrenamiento

A la hora de ponerse a organizar todos los aspectos que van a condicionar el rendimiento en nuestro deporte, el fútbol, lo primero que debemos hacer es analizar el mismo. Así pues, podemos definir el fútbol como un deporte de equipo, de contacto, con carácter intermitente, con una duración de 90´, dónde se realizan de forma frecuente acciones explosivas con recuperación incompleta, siendo éste un aspecto en el que tratamos siempre de mejorar; es decir procuramos que el jugador recupere lo mejor y más rápido posible entre las diferentes acciones en las que participa en el partido. Además, y no por se lo último menos importante, hay un aspecto para nosotros fundamental y que nos condiciona plenamente y éste no es otro que la densidad competitiva. Es decir, en el mejor de los casos se compite durante diez meses todas las semanas con una importancia muy similar para cada una de las competiciones dado que todas se puntúan de igual manera. Este pequeño análisis me lleva a un debate habitual de “chigre” (permítanme la expresión), donde tantas y tantas veces escuché que los futbolistas, comparado con otros deportes, entrenan muy poco. Pues bien, consideramos que es precisamente lo contrario…Creemos que con todo lo que genera el fútbol, sí fuera posible se competiría con una densidad mayor pero la realidad nos dice que es imposible. Vemos estos dos últimos meses como se ha distorsionado la realidad del fútbol, los jugadores llegan muy justos a las competiciones, ha habido un aumento considerable de lesiones, etc. En definitiva, el fútbol es un deporte que para competir y rendir a nivel profesional durante diez meses al año, te exige estar muy preparado y por ende muy entrenado tanto en calidad como en calidad.

Para organizar/estructurar el entrenamiento, consideramos clave manejar y que interactúen entre sí los siguientes  3 conceptos básicos:

  • Planificar: Someter a un plan cierta actividad o proceso, estableciendo objetivos, metas y medios para conseguirlo. En definitiva determinar el futuro deseado.
  • Programación: Sistematizar los contenidos en función del plan establecido previamente. En definitiva, elaborar una hoja de ruta para conseguir un fin.
  • Periodización: Estructurar el trabajo en el tiempo. En definitiva dividir un espacio de tiempo en periodos más pequeños.

En estos tres conceptos nos apoyaremos permanente para diseñar la herramienta básica de estructura del entrenamiento como es el Microciclo (por encima de la sesión), el cual podemos definir como espacio de tiempo que va de una competición a otra y que generalmente es de 5,6 ó 7 días, aunque en ocasiones pueden ser menos días. Cuando nos sentamos con el cuerpo técnico a estructurar el microciclo, distinguimos siempre 4 partes para su desarrollo:

  • Una primera parte dedicada a la recuperación/equilibrio/compensación de carga de trabajo. Suele corresponder a los 2 días posteriores a la competición: MD+1 y MD+2 (Match Day). Por norma general, como su propio nombre indica y al ser la parte del microciclo más próxima a la competición pasada y más lejana de la futura, en esta primera parte aprovechamos para facilitar la recuperación de los jugadores y compensar y equilibrar en la medida de lo posible la carga de trabajo para aquellos jugadores que participaron menos. Obviamente es donde se suele incluir el día de descanso para la plantilla.
  • Una segunda parte dedicada a la sobrecarga/adquisición/desarrollo. Suele estar formada por los 2 días centrales del microciclo: M-4 y M-3. Es el momento del microciclo dónde el cuerpo técnico trata de desarrollar desde el punto de vista condicional, las capacidades generales que demanda el rendimiento en el fútbol
  • Una tercera parte enfocada a la activación/tapering, que corresponde a los 2 días previos a la competición: MD-2 y MD-1. Es la parte del microciclo donde se busca la puesta a punto del jugador y su activación para rendir en la competición que se le avecina.
  • Por último, el día de partido o Match Day, que culminará el Microciclo y dará paso al siguiente.

A lo largo de este pequeño periodo de tiempo, que se va repitiendo de una forma más o menos cíclica a lo largo de la temporada, la comunicación y coordinación con el resto de miembros del cuerpo técnico debe ser permanente para ir elaborándolo, desarrollándolo y ajustando diariamente en función de las necesidades que van surgiendo, elaborando así la sesión de entrenamiento.

Por otro lado, es habitual cuando hablas sobre la estructura del entrenamiento que te pregunten qué tipo de metodología utilizas o con cual te identificas más para llevarla a cabo. A esta cuestión que como decimos se repite con cierta asiduidad, siempre respondemos lo mismo. Adoptamos una postura totalmente ecléctica, fruto como bien intentamos aclarar al principio del presente texto, de la formación-reciclaje que en nuestro caso tratamos que sea lo más continua posible y a los años de experiencia acumulados. Todos somos conocedores de metodologías que tantos y tantos éxitos han cosechado en el fútbol profesional: Periodización Táctica, Microciclo Estructurado, ATR, etc. Tratamos de beber de todas ellas y diseñar la nuestra propia. Además nos gustaría resaltar que en un deporte como el fútbol en el que se compite como mínimo cada fin de semana durante 10 meses al año, analizando las diferentes propuestas metodológicas, nos damos cuenta que el microciclo estándar o base por llamarlo de alguna manera es muy similar en todos los casos independientemente del tipo de metodología que sigas para su desarrollo. ¿Qué hay diferencias? Por supuesto que sí, pero son más los elementos que coinciden que los que los difieren. De manera que a nuestro juicio, ese debate o preocupación lo dejamos de lado y que otros argumenten sobre ello.

Periodo Preparatorio

Dedicaremos un último espacio al Periodo Preparatorio o Pretemporada que en nuestro caso va desde el inicio de los entrenamientos hasta el Microciclo que culmina con el inicio de la competición. Es posterior al Periodo Transitorio y previo al Periodo Competitivo. Por norma general tiene una duración aproximada de 6-7 semanas. En la Pretemporada buscamos que el jugador adquiera o asimile las adaptaciones necesarias a nuestro entrenamiento, así como se vaya adaptando y asimilando los conceptos técnico-táctico-estratégicos que le propone el cuerpo técnico. En definitiva que vaya progresivamente asimilando el modelo de juego que le propone el entrenador. Es de sobra conocido por todos la creencia, ya por suerte denostada, de que en la pretemporada te servía para “cargar los depósitos” y con un trabajo cuantitativamente extenso, te garantizaba el rendimiento durante toda la temporada. Como bien saben para nada es así, si bien es cierto que te permite ir construyendo una base para seguir proporcionando diferentes estímulos al organismo del futbolista durante todo el año. Para nosotros, el objetivo principal de la Pretemporada es llegar en las mejores condiciones posibles, así como el mayor número de jugadores disponibles a los 2 ó 3 primeros partidos de liga. Pensar más allá de eso, creemos que sería un error. Personalmente, es un periodo que nos gusta mucho y diríamos además que nos parece el más “cómodo” para trabajar. La razón no es otra que gozas de todo el tiempo que quieras para desarrollar las propuestas, sin que te limite el aspecto más condicionante que tendrás durante todo el año como es la competición. Además, los jugadores tras el periodo de descanso vienen con muchas ganas, con mucha receptividad y sintiéndose todos igual de importantes dado que todavía no hay alineaciones, convocatorias, etc. Por otra parte, es el momento ideal cuando llegas a un cuerpo técnico nuevo de conocer y darte a conocer a los demás. Lo mismo ocurre con los jugadores. En este Periodo intentas asentar los hábitos que quieres que se lleven a cabo a lo largo de todo el año: Hábitos saludables del tipo de alimentación e hidratación, descansos, rutinas preventivas, etc.

Conclusión

No queríamos terminar este análisis o reflexión sin destacar lo que para nosotros es innegociable y nos sustenta en el día a día, nos referimos al trabajo diario y las ganas de superarse, mejorar uno mismo. En este deporte como en muchos otros, no siempre el trabajo que hay en el día a día se ve recompensado con los resultados pero consideramos imprescindible que todo el que desee dedicarse a esto, lo mínimo que debe aportar al fútbol es trabajo y constancia diaria, porque es lo que te va a exigir el fútbol. Puede uno estar más o menos acertado en sus decisiones porque al final, como bien dice el dicho “esto es fútbol” pero somos de los que opinamos que la necesidad te demanda 24 horas al día los 365 días del año. Y como dijo Ángel Vales en su día, en el fútbol no está todo inventado.